Es difícil admitirlo, pero en mi opinión los hombres son más selectivos a la hora de elegir pareja. La mayoría de las mujeres carecen de la capacidad de distinguir si el conocido de anoche es alguien con potencial para ser pareja o no. Básicamente, cada candidato es... un candidato. ¿No?
Los hombres y sus tres grupos
Las cosas buenas vienen de tres en tres. Así que no extraña que a los hombres les guste dividir a las mujeres en tres grupos:
1- No me interesa, 2- está buena y me la quiero chuscar, 3- podría gustarme para algo más.
Estos tres grupos se respetan, aunque los límites (especialmente entre los grupos 1 y 2, dependiendo del nivel de alcohol y del tiempo de abstinencia) a veces pueden ser… vamos a decir un poco borrosos. ¿No es cierto, chicos?
Respecto a los grupos 2 y 3: A los hombres les da bastante igual, si una mujer pertenece al uno o al otro grupo, ya que en ambos casos tendrán que hacer más o menos el mismo esfuerzo y al final les resultará igual de satisfactorio.
La mujer y su tendencia a la expectativa
¿Cómo somos las mujeres? Un poco diferentes. A las mujeres no nos gusta decidir desde un principio, si el chico nos gusta o no. Siempre podría cambiar, ¿no? La verdad es que muchas veces ni nos preocupamos si ese chico nos resulta interesante, hasta tener una razón concreta por ejemplo que de repente tenemos la sensación que le estamos gustando. Después de superar los primeros obstáculos con algo de simpatía básica y quizás algún revolcón, sale lo que tiene que salir a la luz, la expectativa femenina. Queremos llamadas, mensajes, constancia y lo más importante, queremos evolución.
Una vez llegado este punto, deberíamos hacernos algunas preguntas:
1. ¿Cuándo y por qué empiezan nuestras expectativas? ¿El sexo tiene algo que ver?
El sexo es el sexo. Eso debería estar claro. Pero hay mujeres, para las que el sexo NO significa sólo sexo. Cuando escucho las historias de mis amigas, muchas veces me da la impresión, que asocian el sexo con algo más y que no tienen suficientemente claro lo más básico: los hombres se acuestan con mujeres por placer físico. Punto. Ni más ni menos.
No sé por qué, pero las mujeres suelen darle un poco más de importancia. Obviamente también están las que disfrutan de lo físico y no piensan en nada más (¡menos mal!) pero cómo os dije... conozco muchisimos casos contrarios...
En fin. Si para la mujer el punto de inflexión realmente es la noche en la que se acuesta con un hombre o si llega después de varias semanas o meses de pinchamigos, podemos dejarlo abierto, ya que cada caso es distinto.
Pero todas tenemos una cosa en común: en algún momento nos hace “clic” y llega lo que podríamos definir como “las expectativas”.
2. ¿Realmente va de él?
No parece importar quién es el tipo y muchas veces ni cuánto tiempo lo conocemos y si nos gusta de verdad. Llega el
momento en el que esperamos un desarrollo, una evolución... De hecho EL es bastante intercambiable (al menos al principio). ¿No te lo crees? Tómate
tu momento y piensa en tus historias amorosas y las experiencias de tus amigas. ¿Cuántas veces te has vuelto loca porque EL no te ha escrito ni te ha llamado después de haber quedado dos o tres
veces? ¿Fue porque te gustaba? ¡Imposible! Si lo acabas de conocer... ¿Cuántas veces has escuchado quejarse alguna amiga de que no haya funcionado con un chico que realmente no conocía de
absolutamente nada? Y la pregunta de las preguntas: ¿Cuántas chicas están con un tío que no les gusta?
Qué raro, ¿no? Y las chicas siempre pensábamos que NOSOTRAS éramos las románticas… Pffff.....
Una vez escuché decir a un hombre, que las mujeres estábamos enamoradas de la idea de enamorarnos. Por supuesto yo estaba indignada y lo negué todo con vehemencia. Hoy, unos tres/cuatro años después, creo que este chico no estaba tan equivocado. ¿Por qué nos gustan tanto las historias románticas, las novelas y películas de amor? No TODAS, lo sé, pero muchas sí... ¿Por qué siempre esperamos algo de EL aunque todavía no lo conocemos nada? ¿Por qué nos hacemos ilusiones sin saber nada de el? ¿Por qué el pragmatismo masculino nos fastidia tanto y por qué nos tomamos tan a pecho sus rechazos? ¿Por qué tantas veces acabamos con una persona, que realmente NO nos gusta?
Nos encanta el amor.
Vale.
Pero a veces deberíamos tomarnos un respiro y reflexionar si realmente va de EL o si se nos está yendo la pinza otra vez…
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